DEFINICIONES BÁSICAS

Responsabilidad Social Empresarial




Barreto (2007) citado por Pelekais (2007), afirma que la Responsabilidad Social se ejerce a través de una práctica de vida basada en principios y valores que posibilitan el desarrollo de las personas y la sociedad en un ambiente de respeto y de progreso económico, cultural y espiritual. La misma constituye un conjunto de obligaciones y compromisos legales y éticos, con los grupos de interés, que se derivan de los impactos que la actividad y operaciones de las organizaciones producen en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos.



Por otra parte, es un conjunto de estrategias que permite identificar, atender, anticipar y sobrepasar, las necesidades, expectativas y capacidades de los grupos de interés internos y externos. Por lo tanto, la responsabilidad social se puede entender como la respuesta de las organizaciones a las expectativas de los sectores y agentes internos y externos con los que interactúa.



Antecedentes:



En cuanto a los antecedentes de la Responsabilidad Social Empresarial, se remontan al siglo XIX en el marco del Cooperativismo y el Asociacionismo que buscaban conciliar eficacia empresarial, con principios sociales de democracia, autoayuda, apoyo a la comunidad y justicia distributiva. Sus máximos exponentes en la actualidad, son las empresas de Economía Social, por definición Empresas Socialmente Responsables.



La RSE es un mecanismo más para que los ejecutivos y las empresas retornen a la sociedad lo que ésta les ha brindado. La responsabilidad social florece de la evolución del pensamiento humano y con el la aceptación de que todos estamos interconectados y relacionados y que, por lo tanto, no hay nada que se realice, ninguna acción independiente, que no afecte al colectivo, se hace énfasis hoy en día, de hacer de la responsabilidad social, tarea de toda organización.



Consideraciones generales en cuanto a la RSE:



Finalmente, lo ideal, es adquirir un nivel de conciencia superior donde se vislumbre que las actividades que se realizan en una empresa, además de estar orientadas a generar utilidad económica, deben también impactar de manera social, a través del bienestar de sus trabajadores y los aportes que, de manera voluntaria ofrezca a la comunidad. Es necesario comprender, que la verdadera responsabilidad social, no se puede decretar ni mucho menos imponer, ya que tales acciones lo que originan son desviaciones en el concepto y su ejecución, predisponiendo a las personas.



Cuando se nos obliga, a través de una norma a ejecutar actividades de apoyo a las comunidades, al deporte, expresiones culturales y/o educativas, la generación de becas o ayudas, no puede considerarse como una real expresión de responsabilidad social, eso se reduce simplemente al cumplimiento de la exigencia legislativa, cuyo irrespeto generará sanciones.



Por último, vale la pena destacar que, el rol del educador social, no es otro que el generar conciencia en cuanto a la ejecución de la RSE, no como deber legislativo sino como un deber humano que tenemos con nosotros mismos, nuestro prójimo y por ende con nuestro entorno. En la medida en que, las empresas (o mas bien su talento humano), adquieran dicha conciencia social, se hablará entonces de una verdadera madurez organizacional. Cuando, independientemente de la norma, procure expresiones que faciliten el desarrollo, esparcimiento, crecimiento y bienestar de quienes hacen vida laboral en ella y de aquellos que están presentes en su entorno inmediato y mas allá.